Biolingüística 2.0: el lenguaje en la frontera entre la biología y la cultura

Coordinadores

Antonio Benítez-Burraco (Universidad de Sevilla) y
José Luis Mendívil Giró (Universidad de Zaragoza)

Ponentes

Resumen

El tratamiento del lenguaje humano como un fenómeno biológico tiene una larga tradición y lo acertado del empeño viene corroborado por evidencias de toda índole, desde las concernientes al modo en que se desarrolla en el individuo, a las relacionadas con su evolución en la especie. En las últimas décadas la Biolingüística, entendida como la rama de la Lingüística que se ocupa del estudio de los aspectos biológicos del lenguaje, se ha esforzado por encontrar respuesta a cinco grandes interrogantes que la Lingüística está llamada a resolver: qué tipo de conocimiento es el lenguaje, cómo se adquiere, cómo se emplea, de qué modo se ve implementado a nivel cerebral y cómo ha evolucionado. Sin embargo, el encuentro entre Biología y Lingüística no ha sido todo lo fructífero que cabría esperar. En buena medida, los biólogos no se han interesado demasiado por las implicaciones que sus descubrimientos están llamados a tener para la teoría lingüística. Y en lo que atañe a los lingüistas, se han limitado a buscar en la Biología evidencias susceptibles de corroborar la validez de sus hipótesis acerca de la naturaleza del lenguaje, las cuales se han basado, en lo fundamental, en datos lingüísticos. En consecuencia, la Biolingüística que se ha venido haciendo hasta la fecha (que llamaremos Biolingüística 1.0) se antoja excesivamente simplista, cuando no, equivocada. Así, se ha defendido que determinados componentes del lenguaje (rasgos, unidades o procesos) resultan de instrucciones genéticas específicas, hasta el punto de postularse un genotipo lingüístico que, con frecuencia, se ha hecho equivaler a la Gramática Universal. Asimismo, se ha asumido que el lenguaje es el resultado de la actividad de dispositivos neuronales que no intervienen en otras funciones cognitivas (“áreas del lenguaje”), hasta el extremo de llegar a caracterizarlo como uno de los módulos que conforman el cerebro, el cual estaría presente desde el momento del nacimiento y podría disociarse, a todos los niveles de análisis, de otros semejantes. Finalmente, se ha argumentado que el lenguaje es el resultado de un proceso evolutivo gradual, que ha ido optimizando sus componentes a lo largo de un dilatado período de tiempo. Necesariamente, la Biolingüística debe enfrentarse a dos retos fundamentales. Para empezar, debe considerar niveles adicionales de complejidad biológica del lenguaje, tal como resultan de las sucesivas revoluciones –ómicas en Biología (genómica, transcriptómica, proteómica, metabolómica, conectómica, dinómica, etc.). En segundo lugar, debe tratar de integrar todos estos datos en modelos coherentes de desarrollo y funcionamiento del leguaje, lo que pasa, ante todo, por dar cabida en sus modelos del lenguaje a los paradigmas teóricos surgidos en los últimos años en el campo de la Biología, especialmente en los ámbitos de la biología del desarrollo y la teoría evolutiva. En último término, de esta integración más fecunda entre Biología y Lingüística (que llamaremos Biolingüística 2.0), cabe esperar una mejor comprensión de las relaciones entre biología, lenguaje y cultura, que siguen siendo objeto de controversia ente los lingüistas, tanto en lo que concierne al propio lenguaje como a la naturaleza de las lenguas.

El lenguaje humano desde una perspectiva eco-evo-devo

Antonio Benítez Burraco

(Universidad de Sevilla)

Tres líneas de investigación están contribuyendo decisivamente a comprender mejor la naturaleza biológica del lenguaje. Por un lado, el modo en que se desarrolla en el individuo, tanto en condiciones normales como patológicas, como resultado de una compleja interacción entre factores innatos y ambientales. Por otro, la manera en que ha evolucionado en la especie, resultado también de la acumulación gradual de cambios estructurales y de innovaciones evolutivas puntuales y procesos reorganizativos en respuesta a modificaciones en el ambiente. Finalmente, las relaciones que existen entre el lenguaje, las lenguas y el medio ambiente en que viven e interactúan los seres humanos, que incluye aspectos físicos y culturales. A desentrañar las complejas relaciones que existen entre todos estos factores puede ayudar un cambio de paradigma en nuestra caracterización biológica del lenguaje. En particular, parece deseable un modelo teórico de la facultad del lenguaje que tenga en cuenta simultáneamente todos los aspectos ontogenéticos, filogenéticos y ambientales implicados, y el modo en que interactúan de forma compleja durante el desarrollo del individuo y la evolución en la especie. En la ponencia se defenderá que un modelo de este tipo podría desarrollarse bajo el paraguas de la moderna biología del desarrollo evolutiva y ecológica (Eco-Evo-Devo), cuyo fundamento último es el análisis de las dinámicas seguidas por los procesos ontogenéticos en respuesta a señales ambientales y su efecto en la evolución de los organismos.

Naturaleza y cultura en el lenguaje ¿= Sintaxis y léxico en las lenguas?

José Luis Mendívil Giró (Universidad de Zaragoza)

Es común aceptar que el lenguaje humano tiene tanto una dimensión biológica como cultural. La controversia teórica que caracteriza a la lingüística moderna suele centrarse, más que en la negación de una de las dos dimensiones, en el mayor o menor énfasis que se pone en cada una de ellas a la hora de desarrollar programas de investigación del lenguaje y las lenguas. Y con no poca frecuencia, en el cultivo de malentendidos sobre las posiciones de los rivales teóricos. En la presente aportación propondré una estrategia alternativa -y conciliadora- para abordar la delimitación entre las dimensiones biológica y cultural del lenguaje humano, una alternativa basada en la distinción entre distintos componentes de la estructura de las lenguas humanas. Así, partiendo de una visión del lenguaje humano como un mosaico (supuestamente) específicamente humano de capacidades cognitivas (supuestamente) presentes en otras especies y en otros ámbitos cognitivos humanos, desarrollaré un modelo explícito de la relación entre el léxico y la sintaxis en las lenguas humanas de acuerdo con el cual la sintaxis es esencialmente universal (invariable en el tiempo y en el espacio y, por tanto, una sólida candidata a representar el condicionamiento natural para el lenguaje), mientras que el léxico reflejaría la dimensión histórica y cultural de las lenguas humanas. En la medida en que ese modelo de la relación entre léxico y sintaxis en las lenguas humanas sea empíricamente correcto, puede considerarse un argumento a favor de la concepción del lenguaje de la que deriva y una vía de clarificación de antiguas y nocivas controversias.

La caracterización neurolingüística en términos de ritmos cerebrales

Miguel Jiménez-Bravo (UNED), Victoria Marrero Aguiar (UNED) y Antonio Benítez-Burraco (Universidad de Huelva)

Aunque la caracterización del lenguaje en términos de áreas cerebrales especializadas en el procesamiento de los niveles de descripción estructural de las lenguas (fonética, fonología, prosodia, gramática, léxico, etc.) ha proporcionado algunos resultados interesantes, también resulta evidente que presenta limitaciones difíciles de superar. Las diferentes áreas del cerebro llevan a cabo computaciones básicas que son la base de diferentes funciones cognitivas complejas, incluyendo el lenguaje. Las unidades, categorías, niveles y operaciones relevantes para la Lingüística teórica suelen ser resultado de la interacción de diferentes áreas del cerebro (incluyendo procesos de computación no específicamente lingüísticos), por lo que difícilmente pueden aislarse a nivel neurofisiológico. En esta ponencia se defenderá un marco alternativo para analizar el lenguaje (y sus disfunciones) a nivel cerebral: la perspectiva oscilómica, basada en los diferentes patrones de acoplamiento de las oscilaciones cerebrales. Defenderemos el carácter de componentes primitivos del lenguaje de los ritmos cerebrales, heredables y cuantificables; permiten comprender la especialización funcional del cerebro, y no sólo localizar dichas funciones, que es el objetivo de muchos modelos neurolingüísticos actuales; su jerarquía se ha preservado lo largo de la evolución de los mamíferos; y sobre todo, se ven alterados de forma específica en trastornos cognitivos en los que el lenguaje está afectado, lo cual, en consecuencia, nos permite caracterizar estos trastornos como como oscilopatías.

La interfaz léxico-sintaxis y la naturaleza biológica de la memoria humana

Mª del Carmen Horno Cheliz (Universidad de Zaragoza)

Las propuestas lexicalistas de mediados del siglo pasado partían de la propuesta de que la información léxica de los predicados era fundamental para la configuración sintáctica de las oraciones. Se rebatía así la propuesta tradicional de que el lexicón era un simple repertorio de elementos listados -memorizados-. Terminando la segunda década del siglo XXI lo único en lo que hay acuerdo entre los investigadores es en que no todo elemento léxico puede aparecer en cualquier configuración sintáctica, por lo que parece interesante conocer qué información de las palabras tiene relación con dichas restricciones. Sin embargo, todo parece indicar que el modo en el que se han afrontado estos estudios desde el lexicalismo clásico no es el más adecuado, en el sentido de que partían de la premisa de que la información que codificara el predicado debía ser (además de excesiva), estable, simbólica y fija. En realidad, las distintas propuestas de este marco teórico han estado fundadas (implícitamente) en un modelo de memoria que ya se ha demostrado inexacto: el de la memoria como una especie de contenedor (o tablilla de cera), en la que se guardan (o graban) los contenidos a archivar. En esta comunicación nuestro propósito es presentar brevemente las distintas pruebas experimentales que confirman la inexactitud de este modelo de memoria biológica y su implicación en la naturaleza de la interfaz léxico-sintaxis.

¿Biológico y / o cultural? El lenguaje desde la tipología semántica

Iraide Ibarretxe Antuñano (Universidad de Zaragoza)

¿Es el lenguaje un fenómeno biológico o cultural? ¿Cómo influye la lengua que hablamos en nuestra cognición? Estas cuestiones han recibido atención desde diferentes perspectivas teóricas a lo largo de la historia lingüística con puntos normalmente enfrentados que van desde un papel crucial de la cultura como en la conocida, y frecuentemente mal interpretada, hipótesis Sapir-Whorf hasta su total ostracismo a partir del surgimiento de teorías innatistas defensoras de una base exclusiva biológica. Ahora bien, ¿es necesario explicar el lenguaje desde una disyuntiva (biología o lenguaje) o quizás es más realista proponer un explicación integradora donde ambos componentes sean fundamentales?
 
En esta charla se revisan algunas de esas posiciones especialmente a partir de los trabajos llevados a cabo en la tipología semántica. En este campo, donde el objetivo es investigar interlingüísticamente los aspectos universales y particulares que existen tanto en la codificación como en la representación semántica de diversos dominios conceptuales, hay también posiciones opuestas. Los que defienden que las categorías son universales y los que abogan por una visión más diferenciadora de base cultural. Tomando como punto de partida trabajos tipológicos en dominios bien estudiados en la tipología semántica como la percepción y el espacio, se mostrará la importancia de tener en cuenta tanto la parte biológica como la parte cultural a la hora de hablar de universalidad y diversidad y su relación con la cognición (verbal y no verbal).

La variación sociolingüística en los trastornos del lenguaje en la demencia: ¿existe un fundamento biocognitivo?

Olga Ivanova (Universidad de Salamanca)

En algunas demencias, como la Enfermedad de Alzheimer (EA), los trastornos del lenguaje funcionan como un marcador temprano de los procesos neurodegenerativos. Alteraciones acústicas y prosódicas (Meilán et al., 2018), impedimentos en el acceso léxico-semántico (Murdoch 2010) o la simplificación sintáctica (Ivanova 2015) se dan de forma encadenada y en relaciones de dependencia (Ivanova et al. 2017), derivando en un cuadro lingüístico sintomático hoy en día en pleno estado de revisión.
 
En el marco del análisis de la sintomatología lingüística de EA, apenas se ha prestado atención a la posibilidad de que las alteraciones del lenguaje en demencia se encuentren en relación de la variación sociolingüística. Frente a otros trastornos del lenguaje, innatos o determinados genéticamente (TEL, autismo, alteraciones neurológicas y motoras congénitas), que no parten de premisas sociales (Bowen 2015), es, sin embargo, posible hipotetizar (como se ha hecho recientemente, cf. Ivanova 2017) que las alteraciones de los diferentes niveles estructurales del lenguaje en EA pueden quedar determinadas por factores biosociales, como el género (opuesto a la variable biológica de sexo). En este sentido, a partir de un extenso trabajo de revisión (cf. Ivanova 2017) se ha podido demostrar de forma parcial que ciertos valores de exposición y participación culturales determinan una diferenciación significativa en los grados de alteración del lenguaje y sus correlatos cognitivos (como la memoria) entre hombres y mujeres como actores sociales.
 
El objetivo del presente trabajo es profundizar en la cuestión de la variación sociolingüística en los trastornos del lenguaje en la demencia con el fin de demostrar que se trata de una variación de base biocognitiva. Se entiende por base biocognitiva el fundamento para la interpretación de los procesos neurocognitivos (entre ellos, los trastornos funcionales del lenguaje) como intrínsecamente vinculados con los procesos corporales y la participación social del ser humano (Pesina & Solonchak 2015). El propósito del trabajo es demostrar que la variación lingüística que ocurre entre hombres y mujeres con EA (a grandes rasgos, una manifiesta tendencia de las últimas a la pérdida de las capacidades cognitivas y lingüisticas frente a los primeros) es un tipo de variación doble transveral, que manifiesta una vertiente social a partir de la variabilidad de base biocognitiva.
 

Referencias bibliográficas

Bowen, C. (2015): Children’s speech sound disorders. Oxford: Wiley.

Ivanova, O. (2015): Diseño del prototipo de la prueba normativa para la evaluación pre-clínica del trastorno semántico-sintáctico en la Enfermedad de Alzheimer. Instituto de Neurociencias de Castilla y León: trabajo inédito.

Ivanova, O. (2017): ¿Existe la variación sociolingüística en los trastornos del lenguaje? XLVI Simposio Internacional de la Sociedad Española de Lingüística, 24-27 enero 2017 (Madrid).

Ivanova, O., J.J.G. Meilán, F. Martínez-Sánchez, E. Rodríguez & J. Carro (2017): Psycholinguistics of dementia: what is known about specific language and speech traits of Alzheimer’s Disease? Language Processing and Disorders, 258-276. Cambridge: Cambridge Scholars Publishing.

Meilán, J.J.G., F. Martínez-Sánchez, J. Carro, N. Carcavilla & O. Ivanova (2018): Voice markers of lexical access in mild cognitive impairment and Alzheimer’s disease. Current Alzheimer Research 15 (forthcoming).

Murdoch, B.E. (2010): Acquired speech and language disorders: a neuroanatomical and functional neurological approach. Chichester: Wiley.

Pesina, S. & T. Solonchak (2015): Concept in Cognitive Linguistics and Biocognitive Sciences. Procedia 192, 587-592.

Natalia López Cortés (Universidad de Zaragoza)

La interpretación de la ambigüedad léxica: hacia un corpus psicolingüístico de estímulos homónimos, polisémicos y monosémicos

El origen etimológico de las palabras ambiguas, según el cual se dividen en homónimas y polisémicas, no correlaciona con los procesos psicológicos que los sujetos llevan a cabo para procesar e interpretar dichas unidades léxicas (López y Horno, 2016). Por ello, para conocer el modo en el que se almacenan y procesan las palabras ambiguas en el lexicón mental, es necesario partir de una clasificación de los estímulos basada en la interpretación subjetiva que hacen los hablantes de la ambigüedad. De esta manera, durante los últimos años, se está elaborando un corpus que recoge datos de la interpretación de diferentes palabras ambiguas y monosémicas en español.

 

El objetivo de esta comunicación es doble: en primer lugar, se pretende presentar el proceso que se está llevando a cabo para la elaboración del corpus. En concreto, se comentará el modo en el que se han diseñado los cuestionarios, cómo se recogen los datos y cómo los estamos analizando. En segundo lugar, se quiere dar a conocer los materiales de los que disponemos actualmente. Estos se dividen en palabras ambiguas (clasificadas subjetivamente en homonimia y polisemia), emparejadas con palabras clasificadas como monosémicas y controladas en diferentes valores, como la frecuencia o la extensión.

 

El corpus recogido hasta la actualidad ha sido el material que hemos utilizado en diferentes tareas experimentales (conductivas, de decisión léxica o de lectura con eye-tracker). Creemos que su implementación y desarrollo es importante, porque podrá servir de base, en un futuro, a cualquier investigación psicolingüística sobre la ambigüedad léxica en español.

 

Referencias

López Cortés, N. y M.C. Horno Chéliz (2016): “Interpretación subjetiva de la ambigüedad léxica. Un estudio comparado español-inglés”, en el XII Congreso Internacional de Lingüística General, Universidad de Alcalá de Henares (Alcalá de Henares), 24 de mayo de 2016