Programa do CILX2018

Ficha completa

TítuloNuevas minorías en entornos urbanos de alta diversidad: boomerang multiculturalista
AutoríaChabier Gimeno Monterde (Universidad de Zaragoza)
ResumoEn Aragón estamos estudiando la relación entre las políticas públicas, que aspiran a gestionar la diversidad cultural y lingüística, y las prácticas, ideologías y expectativas que modulan al neohablante de aragonés como sujeto social. Este se caracteriza por su perfil urbano, concentrándose la mitad de los hablantes de esta lengua, en grave riesgo de desaparición, en la ciudad de Zaragoza: que acoge al 52% de la población aragonesa. Un entorno urbano donde la mayoría social vive en barrios multiculturales, con un 20% o más de población de origen nacional o cultural diferente al grupo mayoritario.

Esta diversidad cultural está ligada a dos ciclos migratorios, que explican la actual estratificación socioespacial de la ciudad. El primero, en la segunda mitad del siglo pasado, de las áreas rurales aragonesas (incluidas las plurilingües) a Zaragoza. Y el segundo, de las migraciones internacionales en el actual siglo, que han multiplicado la diversidad lingüística de los barrios del primer anillo obrero, donde se asentaron anteriormente los migrantes del primer ciclo. En ese contexto, la actual invisibilización de la diversidad lingüística de la ciudad responde a una acogida que, en los dos casos, pasa por la asimilación cultural. Los migrantes rurales debieron abandonar su lengua (catalán, aragonés o castellano local) y su cultura para sumergirse en el castellano estándar. Y los migrantes internacionales padecen las consecuencias de la evolución de aquel asimilacionismo (Dell’Umbria, 2006): la homogeneidad lingüística forma parte (paradójicamente) de las políticas públicas multiculturalistas “de acogida”, que eluden las nuevas lenguas en contacto. De forma que, como herencia del supremacismo lingüístico, la ausencia de la diversidad lingüística en las actuales estrategias públicas de “gestión” de la diversidad cultural derivan en un supremacismo cultural de segunda generación: la lengua del habitante no es sujeto de ninguna política pública, como clave para evitar el posible conflicto con las élites políticas, culturales y administrativas de la ciudad, de matriz supremacista.

Este es el marco en el que el aragonés se ha enraizado de nuevo en la ciudad, donde no es lengua nativa desde hace al menos dos siglos. Los neohablantes urbanos, que conviven con una minoritaria superdiversidad de hablantes de variantes rurales nativas, han recuperado la lengua, inmersos en un relato de las legitimidades que los sitúa dentro de los límites del autonomismo de finales del siglo pasado: herencia de la idealización burguesa y heterónoma de la migración rural-urbana (Grignon y Passeron, 1991). Y, con el nuevo siglo, se han incorporado a la diversidad cultural de una ciudad homogeneizante en sus políticas lingüísticas, ante la que se posicionan, según las entrevistas en curso, como una nueva minoría consciente. En esta nueva etapa, donde el Ayuntamiento ha creado una Oficina del Aragonés y la ciudad se mira en el espejo de la tendencia europea a la superdiversidad (Crul, 2016), los neohablantes explicitan que su empoderamiento es percibido como el inesperado regreso de una lengua muerta. Un boomerang en el que, tras eludir la diversidad interna, las élites culturales tienen dificultades para encajar este afloramiento de la diversidad lingüística.
TipoPanel: Neohablantes de lenguas de la península ibérica
HorarioVenres 15 de xuño | 15:30 - 17:00 | Aula: B3